BIENVENIDOS

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jueves, 31 de enero de 2013


PON LAS COSAS EN SU LUGAR


El orden en las cosas, como en la vida
te ayuda  a tener una existencia
más satisfactoria...


            Un día estando en la cocina de mi casa, me di cuenta de algo que todos sabemos y es que cuando un lugar se ve desordenado o no parece muy agradable es porque las cosas no están en su lugar. Fíjate en tu cuarto, en la sala, en la cocina, en el estudio, en la oficina, en el jardín incluso. Si las cosas no están en su lugar, te cuesta encontrarlas y el aspecto del área no es agradable. Cuando ordenas, el lugar va tomando forma, se vuelve agradable, acogedor, te anima, dan deseos de estar allí. Cualquier lugar que sea.

            Cuando pones orden te das cuenta que tienes cosas que a lo mejor ya no utilizas, ni te acordabas que las tenías. Sólo están ocupando el espacio. Otras veces puedes ver, que hay cosas que te has resistido a botar, pero que en realidad ya no te sirven. Me di cuenta que así sucede en la vida, cuando las cosas no están en su lugar, cuando guardamos sentimientos negativos que sólo estorban y nos resistimos a dejar. Otras veces, cuando no se está de acuerdo con ciertas situaciones que se viven, hay incomodidad, aparece el desánimo el aburrimiento, el estrés, la irritación, el malhumor, la tensión, aparecen algunas enfermedades. Es porque las cosas no están en su lugar y al igual que en el desorden de los espacios físicos, hay personas más sensibles que otras. Algunas resisten mucho más, que otras, el desorden o la incomodidad en las áreas físicas y en las cosas de su vida. ¿De cuáles serás tú?

                        Siempre es bueno poner las cosas en su lugar. Tanto en lo físico, como en el interior, en esa casita que sólo tú co­­noces. Se obtienen mayores beneficios con el espacio físico y en las relaciones se logra bienestar, paz, tranquilidad.

            Si estás bien qué bueno, pero si tienes alguna incomodidad, trata de averiguar la causa, la razón de tu malestar, y busca la manera de solventarlo, de poner las cosas en su lugar. Tú tienes toda la in­formación. Puedes hacerlo, puedes remediarlo. Eres muy inteligente. Es cuestión de que quieras sentirte bien, que quieras cambiar el desánimo, el malestar..... de que quieras poner las cosas en su lugar.

            Si en algún tipo de relación ya no te sientes bien, con la mayor sutileza, con la mayor suavidad, pon las cosas en su lugar. Las personas conocen tu forma exterior, tu manera de ser, pero no saben lo que hay en tu interior, puede ser que desconozcan tus sentimientos o que tengan percepciones equivocadas. No saben la manera en que te afectan sus actuaciones. Desconocen lo que sientes y quizá actúen sin darse cuenta que hacen daño. Otras veces creen conocerte, y a lo mejor están equivocadas, por eso no se dan cuenta de tu sufrimiento o incomodidad. Pon las cosas en su lugar. En forma clara, tranquila, serena, llamando cada cosa por su nombre, no esperes que adivinen, o que interpreten tus silencios.

            A veces cuando creemos que lo que vamos a decir es desagradable o va a incomodar a otra u otras personas, sacrificamos el contenido y terminamos diciendo cosas diferentes de lo que íbamos a decir. Otras veces no estamos muy convencidos de querer decir las cosas, las decimos a medias o esperamos que las interpreten de acuerdo a nuestros propios esquemas mentales. Sucede que al tener bases diferentes, hay alteración en el procesamiento de la información. Así comienzan los malos entendidos.

            Cada persona tiene en su mente una especie de pro­ce­sador de palabras, de hechos, de situaciones. De acuerdo a este procesador, así son las conclusiones que obtiene. Procura que tus conclusiones y las de las personas con quienes te relacionas sean correctas. Que es­tén, como en un dial, en la misma frecuencia. Te sentirás mejor y de alguna forma podrás evitar resentimientos por mantener situaciones incómodas, ya sea por malos entendidos o por cosas dichas a medias.
Pon las cosas en su lugar. En tu casa, en tu mente, en tu corazón y en tus relaciones con los demás, te sentirás mejor. Adquiere el hábito de poner las cosas en su lugar. No creas que pierdes el tiempo, lo inviertes y las inversiones generan ganancias.


Tomado del  libro:     Collar  de  perlas,  Secretos  para hacer  de  su  vida un a joya.

Puedes  adquirirlo  en palibrio.com,  en  librería  San  Pablo,  Kalpataru,  Editoriales  la  Ceiba,  o  llamando  a los  tel. ( 503) 2273-4333

jueves, 17 de enero de 2013


LO  QUE SE  PUEDE  LOGRAR  CON UN  POQUITO DE  ATENCIÓN…
Un hombre calvo y demacrado se hallaba en su cama, la cara pálida, le habían trasplantado la médula ósea porque tenía leucemia.
La enfermera Hanne Dina se le acercó, lo saludó y le preguntó si quería sopa y él dijo que no, que solo quería dormir. Al rato Hanne le llevó la medicina y él se la tomó con disgusto y volvió a hundirse en la almohada.
Hanne fue a la cocina del hospital preparó para ella una taza de te, preparó una bandeja y colocó la tetera y dos tazas y se dirigió al cuarto del enfermo preguntandole: Lo molesto si tomo el té aquí? Quisiera ver las noticias acá mientras tomo el té.
Claro que no me molesta respondió. Ella encendió el televisor mientras le decía: Traje una taza extra por si quiere té. Sí, me sirve media taza, por favor, respondió el enfermo.
Al día siguiente Hanne volvió con la bandeja y dos tazas y así lo hizo por una semana. A los pocos días se fue: se había restablecido lo suficiente para irse a terminar su convalecencia en su casa.
Cuatro meses más tarde Hanne estaba en un centro comercial cuando oyó una voz potente. ¡ Hanne, que gusto de verla". La enfermera lo reconoció. Era el enfermo de la taza de té. Él la abrazó y presentándole a la esposa , dijo: " Ésta es Hanne, la mujer que me salvó la vida con una taza de té".
Pequeños gestos pueden mostrar grandes amores y grandes simpatías. No tenemos idea de lo que Dios puede hacer con lo poco que tenemos a mano. Pueden ser dos panes y dos peces pero con el aderezo del corazón algo milagroso puede suceder. No menosprecies lo poco que tiene y extiéndelo hoy al que está cerca de ti.
“Les aseguro que Dios no se olvidará de premiar al que dé un vaso de agua fresca a uno de mis seguidores, aunque se trate del menos importante”.Mateo 10:42

Y  tú   ¿Qué has  hecho  por  tus  semejantes? ,  les  has escuchado?,  les  has  dado palabras  de  aliento?,  les  has  animado,  cuando  creen  que  todo  está  perdido,  les has hablado  de  Dios,  cuando  creen  que  solos  deben  librar  sus  batallas?,  les  has  hablado  del  amor inmenso  que  Dios   nos  tiene?,  les   has  contado  cómo  Dios  sueña  con  cada uno de  nosotros?...