BIENVENIDOS

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domingo, 9 de septiembre de 2012

NUEVO LIBRO "HISTORIAS PARA EL ALMA"

Historias  para  el  alma  es  una  serie  de  relatos  a  través  de  los  cuales podemos ver diversas facetas del ser humano, su vulnerabilidad ante las situaciones de la vida, su preocupación ante el “qué dirán”, problemas que se dan con la pareja, la preparación de una madre para guiar a su hija…

Cada historia nos deja una lección, algo que aprender, algo que valorar. Es una lectura sencilla, amena, impregnada de mucho sentimiento, nos hace reflexionar sobre la importancia de creer en Dios, de tener fe en lo bueno, y  procurar  cada  día,  ser  mejores  personas.


Es  un libro  que  le  ayudará  a  aumentar  su fe  en  Dios  y a tener   una mejor  relación  consigo  mismo , de  una  forma  sencilla obtendrá enseñanzas  sobre diversos  aspectos  de  la  vida.

“Confiar en Dios a veces no parece fácil porque en esta era
de avances tecnológicos estamos acostumbrados a
presionar botones y obtener lo que buscamos en un instante,
y con Dios las cosas no son así”.

“Confía y cree en ti aunque, algunas veces, las cosas
no te salgan bien, aunque haya personas que te critiquen o
traten de disminuirte porque no eres... o no tienes...
Cree en ti siempre. Si tú no crees en ti
difícilmente lo harán los demás…

Fragmentos de LA HERENCIA, una de las HISTORIAS PARA EL ALMA.

Historias  para el Alma  puede  adquirirlo en  Editoriales  La  Ceiba,  en   Librería  San Pablo,  en  Librería  San José,  en  Nueva Concepción  y  en  Librería  Osiris,  en  Usulután, o  llamando a  los  Tel. 2273-4333,  7851-6723

Costo: $ 10.00

TU VIDA ES TUYA... TÚ ELIGES


TU  VIDA  ES  TUYA,   TÚ  ELIGES....... 

La vida es como un camino,en donde tú decides cómo seguirlo,con qué ánimos y con qué herramientas.

Todos los seres humanos, en cada momento de nuestra vida, nos enfrentamos a diversas elecciones que nadie puede hacer por nosotros y que posteriormente regirán el camino. Cada elección que hacemos nos conduce a nuestro propio ca­mino. En ocasiones elegimos como por costumbre, sin pensar; otras veces reflexionamos, con­sultamos sobre qué hacer, y esto influye en el ánimo, en el bienestar o malestar personal. Por ejemplo, cuando vamos a trabajar y amanece lloviendo, podemos elegir buscar un paraguas o renegar por la lluvia. Si la costumbre es no aceptar las situaciones que no se pueden cambiar, quizá lo que hagamos sea renegar. Pero si la costumbre es tratar de enfrentar las dificultades, buscaremos un paraguas.

Así, en casi todas las situaciones, tenemos la opción de ele­gir, aunque a veces nos de­jemos llevar por la costumbre. Es hora de revisar qué elecciones haces y si no son las más ade­cuadas, es tiempo de cambiarlas. Es necesario reflexionar un poco acerca de cómo te has venido desenvolviendo en la vida. Te darás cuenta que, a lo mejor te conviene cambiar, y puedes lograrlo, siempre y cuando te lo propongas. De acuerdo a las elecciones que hagas así será el bienestar o malestar que puedas sentir. Si eliges amar, en lugar de odiar, tendrás una vida más tranquila, más armoniosa, pues cuando agregamos el ingrediente del amor, las cosas se vuelven agradables.

Cuando haces un trabajo con amor, hasta las ta­reas más duras las realizas con facilidad. Pareciera que de ti emerge energía positiva, que te hace más fácil el camino, cualquiera que sea. Si decides odiar, pareciera que estás enojada con el mundo, a todo le verás el lado negativo, siem­pre estarás pensando mal de la gente y de las cosas. Con facilidad te irritas. Si llueve protestas por la lluvia; si hace frío, protestas por el frío, si hace calor, pro­testas por el calor. En realidad no son las cosas, eres tú quien ha elegido ver el lado negativo de todo lo que sucede. Cuando eliges aceptar lo que no puedes cambiar, sufres menos y puedes continuar tu camino con op­timismo, con alegría, a pesar de esas cosas que no pue­des cambiar. Cuando resistes es como si te detuvieras en el camino, como si limitaras tu crecimiento, como si te pesara seguir. Si eliges perdonar en lugar de guardar rencor, estarás tranquilizando tu espíritu. La ofensa sólo te hará daño una vez y no siempre que la recuerdes. Así, tus elecciones te irán señalando el camino.

A veces no es fácil, pero si utilizas la inteligencia con la cual fuiste creada, cada vez tus elecciones serán más acertadas, sufrirás menos y siempre estarás alegre de la vida a pesar de cualquier cosa que te suceda. Será como llevar música en el corazón. Tienes el poder para hacerlo, porque tu vida es tuya, Dios te la dio.

Dios hizo que emprendieras el viaje. Ahora busca su guía para que sea placentero, de beneficio para ti y para tus compañeros de viaje. Tú eres un ser humano, creado para ser felíz. No importa cómo te encuentres, lo importante es que eres un ser humano, un hijo de Dios. Cuando haya decisiones que tomar, busca dentro de ti y encontrarás la respuesta. Siempre sabrás qué hacer, porque en tu interior está Dios y si le buscas, de seguro le encuentras. Él te apoya en todo lo que emprendes, nunca te abandona. Siempre te ayuda a salir de tus dificultades, porque un buen padre nunca abandona a sus hijos.

En la vida constantemente debes estar eligiendo, y nadie más puede hacerlo. Eres tú quien ha emprendido el viaje, este viaje que se llama VIDA. Nadie puede vivir por ti, nadie puede cumplir con tus responsabilidades, nadie puede realizar tu misión, sólo tú puedes hacerlo. Eres tú quien elige:

Amar, en lugar de odiar.
Aceptar, en lugar de resistir.
Perdonar, o guardar rencor.
Curar, en lugar de herir.
Elogiar, en lugar de criticar.
Crear, en lugar de destruir.
Actuar, en lugar de aplazar.
Sonreír, o enojar.
Ayudar, en lugar de ignorar
Perseverar, o renunciar.
Continuar o detenerte                                         
Confiar o desconfiar.
Renegar o buscar una salida.
La bondad, en lugar de la maldad.                      
La caridad, en lugar de la indiferencia.
La fe, en lugar del desconsuelo, la desesperación.
La verdad, en lugar de la mentira.
La autenticidad, en lugar de la falsedad.

Así, cada día te enfrentas a diversas elecciones.

La vida es... y será como la quieras ver, como la quieras vivir. Tu vida es producto de las elecciones que realizas, y algo muy importante: es sagrada, cuídala, disfrútala, no la desperdicies. Cada minuto que vives, no vuelve a repetirse. Es como el agua del río que una vez pasa, nunca regresa. Procura que en cada día que pase haya algo de provecho para ti y para los demás. La vida es como un viaje que hacemos... todos sabemos el día y la hora en que llegamos, pero no sabemos hasta que mo­mento estaremos aquí. Hay algunos que su viaje fue de 80, 90 y a veces más de 100 años, otros que vivieron 40, 50 o 60 años, y algunos que sólo vivieron un momento, días, meses o pocos años. Así la vida de cada persona no sabemos cuanto durará. Nadie sabe de cuanto tiempo será su viaje, lo que sí sabemos es que el día menos pensado de una u otra forma... partiremos. Por eso es conveniente que el tiempo de estadía, lo vivamos de buena manera y tratemos de dar lo mejor de nosotros en cualquier cosa que emprendamos. Y sobre todo..... disfrutar el camino, disfrutar el viaje y hacer que los demás también lo disfruten.

Procura el bienestar de quienes te rodean, aprovecha hacer el bien a quienes tratas, recuerda que cada mo­men­to se vive sólo una vez. No vuelve más. Procura llenar tu mente de pensamientos agradables, positivos. Lo que pienses, lo reflejarán tus acciones y los demás lo entenderán, en ese lenguaje sin palabras que los humanos tenemos. Toma la vida con calma y recuerda que eres tú quien elige. Cuando algo malo sucede, tú eliges enojarte, reflexionar, llorar, gritar, maldecir, sonreír, o simplemente buscar la mejor salida. Las cosas son y no dejarán de ser, pero tú eliges aceptarlas, enfren­tarlas, o rechazarlas y sufrir.

Como parte importante de la creación divina, tienes inteligencia y muchas potencialidades que sólo esperan la oportunidad para irse desarrollando. La vida te da esas oportunidades, a través de los diferentes problemas que en­frentas. Aprovecha esos espacios, y no reniegues, ni te quejes por ello, búscales salida. Generalmente, cuando un problema se da, ya trae la solución adjunta, sólo es cuestión de buscarla. Cada solución encontrada es una batalla ganada, que te irá fortaleciendo. Te dará seguridad en ti misma y, de alguna forma, te facilitará el camino. Dios, desde un inicio te dio la capacidad para solventar las situaciones que diariamente se te presentan; sólo es cuestión de poner a trabajar ese mecanismo que te ayuda a salir siempre adelante.

Tu identidad es única, no hay nadie igual que tú, si no me crees, mira a tu alrededor, NO HAY NADIE COMO TÚ y ¿Sabes por qué?, Porque Dios nos hizo EN SERIO, NO EN SERIE, como las com­pu­tadoras o como los mejores productos que el hombre haya creado. Cada persona es única. Cada persona es especial. ¡Tú eres especial!, por lo tanto debes comportarte como una persona especial.

A veces cuando hacemos algo gracioso, bueno o sobresaliente, dicen “es único”, “es única”, “es especial” y lo consideramos como un cumplido. En realidad, todos somos únicos, porque no somos producto de la creación humana, sino de la creación divina, y eso vale mucho. Tú vales mucho. Independientemente de cómo seas, de lo que tengas, o de las circunstancias que te rodean. Eres valiosa porque eres hija de Dios, trata de comportarte como tal. El principal beneficio será para ti.

En cierta ocasión, cuando trabajaba como Docente en un Instituto Nacional, me comentaba un padre de familia que su primer hijo había muerto cuando sólo tenía 18 años. Según me decía, pasó mucho tiempo para que él se recuperara emocionalmente de su muerte. Hasta que su hijo murió se dio cuenta de cuan duro había sido con el muchacho, y no sólo eso, sino que en los dieciocho años que vivió nunca le había dicho cuanto le amaba y lo orgulloso que se sentía de él.

A veces se nos va la vida en criticar, en renegar y hasta sufrir por cosas que no tienen mayor importancia. Sufrimos por los defectos de los demás y queremos cambiarlos a como de lugar, sin tomar en cuenta que al igual que nosotros son únicos y debemos aprender a aceptarlos con sus cualidades y defectos.

Nos cuesta reconocer sus cualidades y aceptar sus defectos. Hay casos en que hasta que fallecen las personas, reconocemos sus bondades. Cuando viven casi nunca les decimos cuanto les amamos o admiramos, pareciera que estamos más dispuestos a ver lo malo y no lo bueno que tienen. Otras veces nos olvidamos que tenemos el poder de elegir y reaccionamos como por costumbre o según lo que hacen los demás, y no debe ser así. Re­cuer­da queeres tú quien elige qué vas a ver en los demás, ¿Sufrirás por sus defectos o les estimularás por sus virtudes?, ¿Les aceptarás como son o tratarás de cambiarles?, ¿Disfrutarás tu vida o sufrirás por todo lo que suceda?, ¿Buscarás solución a los problemas o culparas a otros, o simplemente te quejarás de ellos? Tú decides.

De acuerdo a las elecciones que hagas, así será tu vida. Utiliza la inteligencia y el sentido común que Dios te dio y no sufras por lo que no puedes cambiar. Acéptalo. Trata de encontrar el lado positivo a los hechos y a las personas con quienes te relacionas. Recuerda que no hay nada totalmente bueno, ni malo.

Cuando te suceden contrariedades, tú eliges: enojarte, renegar, protestar, quejarte, sufrir, reflexionar, o con serenidad cambiar lo que puedes y aceptar, con tranquilidad, lo que ya no tiene arreglo. Cuando estás tranquila es como si todo el potencial estuviera a tu disposición para encontrar una salida favorable a cualquier dificultad. Cuando te enojas, o te disgustas, es co­mo si tendieras un muro a tu inteligencia, a tu sentido común. Dices cosas que no debes decir, a manera de venganza ofendes o haces sentir mal a las personas. Lo que para ti fue un enojo, un es­tallido repentino, para otros será un mal momento, y una información negativa que guardarán de ti.

La próxima vez que te suceda una situación desagradable practica lo siguiente: Respira profundo, toma agua o un refresco si lo tienes a mano, bosteza o cuenta hasta diez o hasta veinte según sea la contrariedad. Decide no enojarte. Domina tú. No permitas que la ira te domine. Después trata de encontrar la salida. De seguro la encuentras, porque eres muy inteligente. ¿Te animas?.

Se dice que el buen vivir es un arte y el arte se desarrolla practicando. Haz la prueba, no es tan difícil como a veces parece.

En cierta ocasión, me llegó un correo: EL HOY ES ESPECIAL, decía lo siguiente:

Mi amigo abrió el cajón de la cómoda de su esposa y levantó un paquete envuelto en papel de seda, esto dijo: “no es simple paquete, es lencería”. Tiró el papel que lo envolvía y observó la exquisita seda y el encaje. Ella compró esto la primera vez que fuimos a Nueva York, hace 8 ó 9 años. Nunca lo usó. Lo estaba guardando para una “ocasión especial”. Bueno... creo que ésta es la ocasión.

Se acercó a la cama y colocó la prenda junto a la ropa que iba a llevar a la funeraria. Su esposa acababa de morir. Volviéndose hacia mí, dijo: “No guardes nada para una ocasión especial, cada día que vives es una ocasión especial”.

Todavía estoy pensando en esas palabras... y han cambiado mi vida. Ahora estoy leyendo más y limpiando menos. Me siento en la terraza y admiro el paisaje, sin fijarme en las malas hierbas del jardín. Paso más tiempo con mi familia y amigos, menos tiempo en la casa. He comprendido que la vida debe ser un patrón de experiencias para disfrutar, no para sobrevivir.

Ya no guardo nada. Uso mis copas de cristal todos los días. Me pongo mi saco nuevo para ir al supermercado, si así lo decido. Ya no guardo mi mejor perfume para fiestas especiales, lo uso cada vez que me provoca hacerlo. Las frases “algún día...” y “uno de estos días...” están desapareciendo de mi vocabulario. Si vale la pena verlo, escucharlo o hacerlo, quiero verlo, escucharlo o hacerlo ahora.

No estoy seguro de lo que habría hecho la esposa de mi amigo si hubiera sabido que no estaría aquí para el mañana que todos tomamos tan a la ligera. Creo que hubiera llamado a sus familiares y amigos cercanos. A lo mejor, habría llamado a algunos antiguos amigos para disculparse y hacer las paces por posibles enojos del pasado. Me gusta pensar que hubiera ido a comer comida china, su favorita.

Son esas pequeñas cosas dejadas sin hacer las que me harían enojar si supiera que mis horas están limitadas. Enojado porque dejé de ver a buenos amigos con quienes me iba a poner en contacto “algún día”... Enojado porque no escribí ciertas cartas que pensaba escribir “uno de estos días”.

Enojado y triste porque no le dije a mis hermanos y a mis hijos con suficiente frecuencia, cuanto los amo. Ahora trato de no retardar, detener o guardar nada que agregaría risa y alegría a nuestras vidas. Y cada semana me digo a mí mismo que este día es especial... cada día, cada hora, cada minuto... es especial.  


Esto  es  parte  de  COLLAR  DE  PERLAS, Secretos  par a hacer  de su  vid a una  joya.....